Cuando una persona está con Jesús, el hombre más apasionado y animado y poderoso de todos los tiempos, se espera que sea como El más que se pueda. Entonces, una persona que, estando en la iglesia, no está muy animada, victoriosa, o radiante en su vida como discípulo de Jesús, hay algo está pasando que la detiene.
No se trata de juzgar o criticar, los cuales no conducen a la vida que Jesús nos llama vivir, sino más bien ver como enfrentar esa situación y ayudara a la persona.
Hay dos posibilidades: la persona está débil, o está descomprometida. Pero las dos son muy distintas.
¿Cuál es la diferencia?
La persona débil quiere hacer todo lo que Dios le manda hacer, aunque no lo logra porque su debilidad natural de ser humano no lo deja. La persona débil se esfuerza para hacer lo correcto y realmente echa ganas dentro de lo que puede. El corazón esta allí puesto aunque la debilidad de su fe y de su cuerpo lo impide.
En cambio, la persona descomprometida realmente no quiere hacer lo que Dios manda. A lo mejor sí quiere recibir la bendición de Dios y los beneficios de estar en la iglesia, y por eso sigue allí, pero en su corazón y su mente ella rechaza al compromiso que Dios le llama tener.
A la primera vista, las acciones de las dos personas pueden parecerse, ya que las dos andan batallando en su fe y su capacidad de servir a Dios. Pero los dos corazones son muy distintos.
Un ejemplo de una persona débil sería Pedro cuando niega a Jesús y se cae de la fe (Mateo 26), o cuando se queda dormido esa misma noche (Mateo 25), o en tantos otros momentos de su vida. La debilidad de su naturaleza humana le gana al buen corazón que en teoría está dispuesto a dejarlo todo por Dios y estar pilas puestas por Jesús en el momento de la prueba. Y además
No hay duda que Pedro era un hombre comprometido Jesús y con Dios. Eso se ve de muchísimas maneras, como dejó todo para seguir a Jesús, en como andaba para arriba y para abajo todos los días con él, y como echaba muchas ganas para hacer todo lo que Jesús le decía (Juan 13:15). Pero a pesar de eso, tenía su debilidad que le llevaba a sus fallas tan conocidas. Pero también, al pasar tiempo con Jesús y luego ver todo el plan que Dios le estaba revelando, se andaba convirtiendo en un hombre muy distinto que al principio, el hombre en el cual Jesús llegó a confiar las llaves de su Reino (Lucas 15, Hechos 2:36)
Un ejemplo de una persona descomprometida podría ser el que falta a una reunión de la iglesia para ir a trabajar o pasarlo con su familia o para ir a hacer otra cosa. Una persona débil falta porque está demasiada enferma para salirse de la cama o porque se le sobrevino una gran depresión por una muerte o otra cosa fuerte que le pasó. El joven rico fue descomprometido (en el momento, yo personalmente creo que después se arrepentió y llegó a ser un líder conocido en la iglesia del primer siglo) y Pedro fue una persona débil.
Hay veces que una persona que está débil por mucho tiempo se convierte en un discípulo descomprometido. Por tiempo sin vivir el con el compromiso completo por una situación que no puede controlar, se enfría en su amor por Dios y llega al punto de ya no querer poner primero el Reino.
Si tú estás débil, debes hacer lo que yo hice - mudarme a un lugar donde hay discípulos verdaderos y fuertes. Así vas a lograr levantar tu ánimo y fe para poder hacer grandes cosas para Dios y primero Dios alcanzar la salvación de tu alma. Si eres descomprometido, ¡arrepiéntate y ama a Dios sobre todas las cosas! Ora y pídele a Dios que te conceda un cambio radical de corazón, de lo contrario, ¡Jesús te va a escupir de su boca! (Apocalipsis 3:15-16)