Ese amigo es un hombre muy humilde. Tan humilde que aunque siendo evangelista entrenado quien dirigía toda una iglesia de discípulos por años, estuvo dispuesto a dejarlo todo por seguir de nuevo a Cristo. Un hombre que tenía todas las razones para creerse mucho, pero aceptó una necesidad de aprender como hacer mejor lo que él hace - dirigir como evangelista. Es un llamado que muy pocos otros evangelistas del ICOC que yo he visto han estado dispuesto de tomar, aunque les haga igual o más de falta aprender lo que él está aprendiendo. Y no estamos hablando de la teoría que enseñan en las escuelas bíblicas como la de Arturo Elizarrarás donde asistí y me gradué en el D.F. Sí estamos hablando del aprendizaje práctico como Jesucristo daba a sus discípulos - como dejar todo para avanzar el Reino de Dios.
Se necesita mucha valentía para empezar de nuevo. Más cuando la gente se te opone y cuando tienes tantas razones para quedarte cómodo igual como te encuentras. Yo creo que lo siguiente, que me enseñó Raúl Moreno, puede ser que le ayudó levantarse y oponerse a la tibieza y mediocridad que el diablo le ofrecía al quedarse en la ICOC. Raúl, muchas felicidades por ser un hombre de Dios, seguidor de Jesús, por poner primero el Reino, por estar dispuesto a perderlo todo por obedecer al mandato de Jesús de ser un verdadero discípulo y amar a Jesús sobre todas las cosas. Yo espero que todo mi corazón que muchos otros líderes y no-lideres, aunque te conozcan o no, puedan imitar tu ejemplo y tu amor por Dios que es evidente por lo que haces.
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