Yo desde antes me imaginé como iba a pasar, que Dios iba a esperar hasta que se me terminara todo el dinero, y en el mero momento de no tener nada, darme algo increíble.
Llegando aquí a Los Angeles tuve que buscar trabajo de lo que fuera, y entré en un restaurante Subway, para hacer sandwiches. No sé como Dios me ayudó vivir con tan poquito dinero por como tres meses, pero cuando ya de plano no tuve nada, me bendijo con un nuevo trabajo de diseño gráfico, lo que estudié, y ganando mucho muy bien, mejor que jamás ganaba antes.
¡Gracias Dios!
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